El británico se alzó con la primera carrera del año seguido de cerca por Verstappen. Russell completó el podio y Antonelli arribó cuarto. Seis pilotos se accidentaron por la pista mojada.
La lluvia que azotó a Melbourne fue el mejor aliado del Top Ten que finalizó el Gran Premio de Australia. Pero hay dos pilotos que están más que agradecidos con el aguacero: Lando Norris (McLaren) y Max Verstappen (Red Bull). El británico, a la sazón ganador en el Albert Park, porque le abrió las puertas de la victoria -con sufrimiento incluído-. Mientras que el holandés, actual monarca de la Fórmula Uno, batalló hasta donde le permitía el RB21 para terminar en segunda posición, resultado que no se hubiera dado con piso seco.
Fue una de las carreras más accidentadas de los últimos tiempos. Seis coches se estrellaron contra los muros del circuito semi urbano. La saga comenzó en la misma vuelta de reconocimiento cuando Isack Hadjar perdió el control de su RB en la curva dos. Un aumento de potencia en el motor le ocacionó una “patada de burro”, el empuje generó un semi trompo que lo llevó contra las defensas externas.
El novato francés quedó desconsolado. Aun con el casco puesto se advertía que se quebró en llanto. Anthony Hamilton, padre de Lewis, tuvo uno de los gestos más hermosos que se vio en la F1: esperó a Hadjar en el ingreso a boxes para abrazarlo. El señor Hamilton consolaba al joven como un padre lo haría con un hijo. Fue una escena conmovedora que se retransmitió en directo y caló hondo en los aficionados de todo el mundo.
El accidente del francés obligó a abortar la salida. Una vez retirado el RB de la curva dos, todo se aprestó para el inicio de la competencia. La largada fue prolija, nadie hizo un movimento arriesgado que podría ocasionar otro incidente. Lando Norris y su compañero Oscar Piastri -ambos en primera fila- movieron bien, pero el británico tenía la cuerda para asegurarse el liderazgo. Verstappen aprovechó los flancos descubiertos del australiano para atacarlo y saltar a la segunda posición, algo que concretaría en la curva dos.
Pero el accidente de Jack Doohan (Alpine) en la curva cinco neutralizó la primera vuelta con Safety Car. No sería la única víctima, Carlos Sainz perdió el control de su Williams con el coche de seguridad en pista, estrellándose en la curva 14. Luego de la carrera, tanto el equipo como el español, revelaron que una falla de sistema en el cambio de marcha ocasionó el trompo.
Con tres bajas y el rádar anunciando una fuerte lluvia a mitad de la carrera, la acción en Melbourne continuaba con Norris al frente. La huella y la degradación de las gomas intermedias permitieron a Piastri recuperar la segunda posición, mientras que Verstappen padecía la debilidad del Red Bull ante los McLaren.
Bajo amenaza de una lluvia Grado 2 -que se considera no muy leve- los equipos evaluaban cambiar a neumáticos de piso seco. Lo concretaron al aprovechar una nueva neutralización por el accidente de Fernando Alonso en la vuelta 32. El español derrapó mientras perseguía a Pierre Gasly (Alpine) por el noveno lugar. El Aston Martin se estrelló de cola contra el muro de la curva siete.
El coche de seguridad permitió al lote de punta ingresar a boxes. Mientras los McLaren apostaban por compuestos duros, Verstappen se jugó a los medios. La táctica de Red Bull tenía su explicación: los duros tardan en tomar temperatura -y aun más con la pista húmeda-. Sin embargo, el plan de la escuadra de Milton Keynes no se vería materializado.
La lluvia de Grado 2 pasó a Grado 4 -mayor intensidad-. Los coches con neumáticos lisos dependían de la habilidad del piloto para no derrapar. Charles Leclerc (Ferrari) fue uno de los primeros en experimetar un 360, pero los papaya fueron los que más sufrieron. Norris y Piastri se despistaron en la curva 12. El británico se fue de largo a la grava, aunque logró retomar la pista. En cambio, Piastri, quedó encajado en el césped. Verstappen, que estaba detrás del australiano, pudo esquivarlo cuando hizo el trompo y se mantuvo firme a pesar del cambio brusco de trayectoria.
La segunda caída de agua también se llevó a Gabriel Bortoleto (Sauber) y Liam Lawson (Red Bull). Un nuevo Safety Car volvió a neutralizar la prueba. Al mismo tiempo, la calle de boxes estalló en un caos de tráfico con pilotos desesperados por cambiar a neumáticos intermedios.
El embrollo terminó favoreciendo a Norris que ingresó inmediatamente después de su de su despiste. Verstappen, en cambio, se mantuvo en pista e ingresó dos giros más tarde cuando se declaró el coche de seguridad.
Las últimas seis vueltas fueron un ejercicio de resistencia para el piloto de McLaren. El despiste provocó daños en el fondo plano y pérdida de ritmo. Esto permitió a Verstappen acercarse para tenerlo a tiro de DRS. La diferencia promedio de siete décimas era lo único que impedía el asalto del holandés a la punta.
Lando Norris ganó con el Red Bull pisándole los talones. El caos de la lluvia permitió a George Russell (Mercedes) subir al tercer escalón del podio.
Así como se devoró a seis pilotos, las inclemencias climáticas ayudó a varios de los que cosecharon puntos. El novato Kimi Antonelli fue el único sobreviviente de los debutantes y le ofredó a Mercedes el cuarto lugar -fue bajado a quinto por una penalización pero los comisarios darían marcha atrás-. Alex Albon se llevó diez puntos para Williams arribando en P5. Lance Stroll (P6) y Nico Hülkenberg (P7) sumaron para Aston Martin y Sauber. Y Piastri, que remontó desde P15 luego del despiste, le ganó en la última vuelta la P9 a un Lewis Hamilton que tuvo un mal estreno con la Ferrari.
Si bien la escudería de Maranello sumó con Leclerc y Hamilton. El P8 del monegasco y el P10 del británico es sabor a nada. Y el siete veces campeón fue el que más sintió los problemas de rendimiento del SF25.
